El perro sigue siendo el mejor amigo del Homo Sapiens desde tiempos lejanos, muy lejanos... Por algo será.
DUNY |
Curro se metió en el coche
y esperó la llegada del Land Rover de la Guardia Civil. Un guardia veterano y
barrigudo se bajó del todoterreno, y se les acercó con parsimonia.
─ Buenos días ─dijo el
agente, junto a la ventanilla ─ Déjeme ver su documentación, por favor ¿Qué les
ha pasado a ustedes?
─Pues que nos hemos
quedado sin gasolina, señor guardia ─contestó Curro sacando su carnet de
conducir. ─Venimos de jugar al fútbol en la Línea de la Concepción, y con la euforia
de ganar el partido se nos olvidó echarla antes de salir.
─Véngase conmigo y le llevaremos
hasta la gasolinera. Allí tienen unos depósitos especiales de usar y tirar y le
volvemos a traer.
Cuando Curro se subió en
el coche de la Benemérita, el resto de sus compañeros se enjugaron el sudor y
perdieron, poco a poco, su palidez.
─ ¡Qué tío más grande es
el Curro! ─dijo Chano ─Los cojones que le echa y la suerte que tiene, porque si
nos hacen bajar del coche y te ven a ti, cojo…
─Nada hombre ─contestó
Antonio ─les digo que yo soy el portero.
Una explosión de
carcajadas alivió la angustia de aquellos hombres, hasta que vieron cómo volvía
Curro, llenaba el tanque de gasolina, daba las gracias a los agentes
estrechándoles la mano, arrancaba y accionaba el intermitente para reiniciar el
viaje.
─ Y ahora tranquilos
todos, que nos van a escoltar hasta el último cruce.
Cuando llegaron a la
desviación para llegar a su Cuartel, los agentes les dieron unas ráfagas con los faros de
despedida. Curro sacó una mano para saludarlos hasta que se perdieron en la
noche.
─¡¡¡Viva Curro!!! ─gritaron sus amigos palmoteándole en las espaldas y en el cogote.
─La primera ronda en La
Caleta la pago yo, y mañana tempranito recogemos la carga. Espero que sepáis
dónde la habéis escondido ¿No? ¿Carajotes? ─dijo Curro ─. Dentro del coche brotó un espeso silencio. Nadie se acordaba. Se lo dijeron cabizbajos después de beber la
cuarta ronda.
─Bueno, no pasa nada, mañana me llevo a Duny y me encuentra el cargamento ¡pandilla de inútiles!
Duny, nada más bajarse del coche de su amo aparcado junto a la cuneta,
corrió en círculos olisqueando por el campo hasta que se sentó junto a la cepa
de un arbusto. Curro le acarició la cabeza y le dio una golosina.
─ ¡Vales un tesoro Duny!
¡Tú sí que eres grande!
Ruinas romanas de Bolonia (Cádiz) |
Un sol africano surgía por el Este de las colinas de Bolonia, con todo su poder y esplendor, para iluminar y calentar una tierra bañada por los Mares del Sur, los que separan la desesperación entre Europa y África… Como venía haciéndolo desde hacía más de dos mil años, cuando iluminaba y calentaba las tierras de Roma y las tierras de Cartago, separadas por las legendarias Columnas de Heracles.
Marcuan©1 de Julio de 2024.