jueves, 2 de enero de 2025

TUNO HASTA MORIR

 Hay vivencias imposibles de olvidar. En mi caso están magistralmente descritas en la canción de tuna :"Imágines de ayer" cuya letra y música creó mi entrañable amigo sevillano Evaristo Ramos Solís. 

Es un bello canto a la nostalgia de nuestra juventud. Os recomiendo oírla a todo aquel que haya practicado o le guste el Mester de Juglaría. En uno de sus párrafos se canta"...y déjame vivir porque aún soy un galante y, mientras el cuerpo aguante, seré tuno hasta morir..." Así será.


TUNA DE MAGISTERIO DE SEGOVIA




Ilmo. Maese Mayor de la Cuarentuna de la Universidad de Cádiz.

 

Maese y letrado Sr. D. Marco Antonio Fernández y Gilarranz, hijo legítimo y bautizado cristiano en la Ciudad de Segovia, mediado el pasado Siglo; segoviano errante once meses ha en la isla de Kotinoussa, que Herodoto cita como perteneciente al archipiélago Gédeiroi. Con el debido respeto

 

DICE:

Item: Que en el Año de N.S. de 1970, como estudiante de la Escuela Normal, fue cofundador de la Muy Hidalga, Andariega y Decana Tuna de Magisterio de Segovia, bajo cuya beca rojiblanca y con el apodo de MARCUAN y algún otro, ofició el Mester de Juglaría con guitarra, allende las fronteras de las Españas. Llegando por el Norte hasta las vikingas tierras de Estocolmo. Y por el Este, atravesando el Telón de Acero, hasta Estambul, donde gritó desde las almenas del Palacio Topkapi: "¡¡¡Lepanto!!!" Dando vivas a nuestro famoso Manco ante las turbas sarracenas.

No fue preso y decapitado porque salió por patas, tan veloces como las de los gamos que se crían en el Palacio de la Granja de San Ildefonso.

Item más: Posteriormente se licenció en Derecho en la Universidad Cisneriana, más conocida por Complutense, cuyo nombre fue robado torticeramente por la Universidad Central de Madrid ¡Por los cuernos del buey de San Lucas, que el diablo les bese en el ojo que no tiene niña! Con la Tuna de Alcalá de Henares ejerció el Mester ante Reyes, Ministros y ante los más insignes escritores en castellano en la entrega del Premio Cervantes.

Item más: Una bella mujer gaditana, que no envidiaría a la gloriosa Teletusa, tal como los escritores romanos Marcial y Juvenal nos la describieron, le informó de que ilustres tunos jurásicos de la Era Mesozoica seguían trovando en la calle Plocia, cerca del Callejón de los Negros, atiborrados del bálsamo de Fierabrás, tan recomendado por el Caballero de la Triste Figura.

Por todo lo cual

 

SOLICITA:

Un apadrinamiento para poder vestir y honrar, previo noviciado en su caso, la beca de vuesas mercedes en la Gallarda Cuarentuna de la Universidad de Cádiz, en cuya Universidad también fue alumno inscrito en la de Mayores.

Pido humildemente poder disfrutar de la alegría y la música con sus hermanos cofrades, porque como dijo Sancho Panza a la Condesa Trifaldi: “Señora, donde hay música, no puede haber cosa mala”

Vive Valeque y dixit “cum grano salis”

En la Ciudad de Cádiz a cinco de Diciembre de 2024.

 

 

MARCUAN.

 

 

jueves, 1 de agosto de 2024

HISTORIAS EN ARENAS CALIENTES IV: POLONESA DEL MAR AZUL

 

La salud es lo primero... Personajes ficticios, cualquier parecido con la realidad sería casual.





Curro y sus amigos se reunían todos los mediodías en la terraza del bar La Caleta, situada frente al mar donde se acaba Europa y empieza la desesperación. Ese día la mar estaba en calma, como una sartén rebosante de aceite antes de freír boquerones. Tomaban cervezas acompañadas de muchas tapas y muchas risas.

Una explosión de reflejos chispeaban en las aguas azules de la bahía, cuyo horizonte se daba de bruces con el malecón de la Habana: más allá de Las Columnas de Heracles.

─ ¿Sabéis el chiste del enano? ─preguntó Curro.

Lo sabían de sobra, porque lo había contado otras muchas veces, pero dijeron que no se acordaban y Curro lo volvió a contar entusiasmado. Cualquier motivo nimio era suficiente para reír, entrechocar las jarras y desearse salud.

De pronto, un músico callejero empezó a instalar su piano mecánico y su micrófono en la acera, frente a la atiborrada y variopinta fauna de clientes, que no hacían ni caso a sus canciones.

─ ¡Qué voz tan bonita tiene ese tío! ─observó Manolo.

─ ¡Qué va a tener! ─le contestó Sebastián ─. La tiene enlatada, no canta él. El Camarón de la Isla sí que cantaba. Hace mucho le saludé en Barcelona y el nota me mandó a liarle un porro en el baño del Molino Rojo del Paralelo. Me asusté cuando aporrearon la puerta y lo tiré al retrete. Todavía vivía Franco…

─ ¡Qué cobarde de la pradera eres Chano, tan bravo como el Sastrecillo Valiente*, que mató a siete de un golpe! ─dijo Juan.

─ No ─contestó Chano ─el Sastrecillo mataba moscas con la mano… yo las mato con el rabo.

 Todos rieron a carcajadas mientras volvían a chocar sus jarras con estrépito.

─ ¡Salut i força al canut** amigos! ─dijo Manolo mientras se levantaba y cruzaba la acera, para echar un puñado de calderilla en el cestillo del cantautor.

¡Dzieki, przyjcielu! ─dijo el pianista.

  Oye ¿podrías decírmelo en cristiano, quillo? ─contestó Manolo.

─ Te doy las gracias en polaco, amigo, y soy cristiano ─dijo el músico sonriendo.

─ ¡Oh, vaya, mira tú por donde!  Tengo un nieto hispanopolaco y me es imposible aprender su apellido. Tiene cuatro vocales y siete consonantes: Kwiatkowski. ¡Qué idioma más complicado!

─Sí lo es, llámame Pedro, es más fácil.

─ Yo me llamo Manuel, Manolo para los amigos. Encantado de conocerte y de oírte. Cantas muy bien. A mí me gusta escribir ─dijo Manolo estrechándole la mano. ─ Adiós y buena suerte.

Un día que Curro volvía por la noche a su casa, andando por el ancho paseo marítimo, se encontró al músico polaco acompañando a una joven y guapa mujer sentada en una silla de ruedas.

─ Hola amigo ─le saludó el músico ─. Te presento a mi mujer Fátima.

─ ¿Qué tal Fátima? Mucho gusto. ¿Qué te ha pasado? ─le preguntó Curro de forma despreocupada ─ ¿Te mareaste de oír cantar a tu compañero el bardo pesado éste?

Fátima rio con ganas, echando su hermoso cabello rizado hacia atrás, mientras dos hoyitos se dibujaban en su bello rostro. Luego, con voz vacilante contestó a Curro mirándole con sus grandes ojos, negros como los pozos de petróleo de su remoto país, que brotan como setas en un mar de arena ardiente y dorada.

─ No, es porque padezco una enfermedad degenerativa muy grave: Sarcopenia ─dijo sonriendo con amargura. ─ Me queda ya poco…─¿Te puedo pedir un favor?

─ Claro Fátima ¿Cómo no?... si está en mi mano conseguírtelo.

─ Seguro que sí. Pedro me dijo que estuvo hablando con uno de tus amigos, al que le gusta escribir. ¿Podrías pedirle que escribiera una canción para que el bardo, como le llamas, le ponga música polonesa?

─ Sí puedo. Mañana se lo pido a Manolo. ¿Vale?

Curro volvió a su casa conmovido: “La salud es lo primero, es la verdad, voy a dejar de fumar y de beber, me cagüen tos mis muertos” se dijo a sí mismo en voz alta.

A la semana siguiente, la repleta terraza del bar de La Caleta se quedó en silencio cuando el trovador polaco cantaba, una y otra vez, una preciosa canción en español:

 


El Mar Azul susurra a mis espaldas

Cuando monto mi piano frente al bar La Caleta.

 

Mientras el mal carcome a mi amor.

 

Un sol africano quema mis espaldas

Cuando comienzo a cantar.

 

Mientras el mal carcome a mi amor.

 

La gente bebe y ríe feliz con mi voz y mi música.

 

Mientras el mal carcome a mi amor.

 

Un anciano sonriente y vigoroso

Se levanta para echarme las monedas de nuestro sustento.

 

Mientras el mal carcome a mi amor.

 

El Mar Azul sigue susurrando a mis espaldas

Cuando me marcho para enfrentarme a nuestro destino.

 

Mientras el mal carcome a mi amor.

Mientras el mal carcome a mi amor.

Mientras el mal carcome a mi amor.

 

MARCUAN (Copyright): 01/08/2024.

 


*El sastrecillo valiente: Número 20 de los “Cuentos de la infancia y del hogar” de los hermanos Grimm.

** Salut i força al canut: Expresión catalana que no significa salud y fuerza sexual, como se cree generalmente, sino salud y fuerza económica, porque el “canut” era un cilindro donde los campesinos catalanes guardaban sus monedas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 2 de julio de 2024

HISTORIAS EN ARENAS ARDIENTES III: DUNY

 El perro sigue siendo el mejor amigo del Homo Sapiens desde tiempos lejanos, muy lejanos... Por algo será.



DUNY

Curro se metió en el coche y esperó la llegada del Land Rover de la Guardia Civil. Un guardia veterano y barrigudo se bajó del todoterreno, y se les acercó con parsimonia.

─ Buenos días ─dijo el agente, junto a la ventanilla ─ Déjeme ver su documentación, por favor ¿Qué les ha pasado a ustedes?

─Pues que nos hemos quedado sin gasolina, señor guardia ─contestó Curro sacando su carnet de conducir. ─Venimos de jugar al fútbol en la Línea de la Concepción, y con la euforia de ganar el partido se nos olvidó echarla antes de salir.

─Véngase conmigo y le llevaremos hasta la gasolinera. Allí tienen unos depósitos especiales de usar y tirar y le volvemos a traer.

Cuando Curro se subió en el coche de la Benemérita, el resto de sus compañeros se enjugaron el sudor y perdieron, poco a poco, su palidez.

─ ¡Qué tío más grande es el Curro! ─dijo Chano ─Los cojones que le echa y la suerte que tiene, porque si nos hacen bajar del coche y te ven a ti, cojo…

─Nada hombre ─contestó Antonio ─les digo que yo soy el portero.

Una explosión de carcajadas alivió la angustia de aquellos hombres, hasta que vieron cómo volvía Curro, llenaba el tanque de gasolina, daba las gracias a los agentes estrechándoles la mano, arrancaba y accionaba el intermitente para reiniciar el viaje.

─ Y ahora tranquilos todos, que nos van a escoltar hasta el último cruce.

Cuando llegaron a la desviación para llegar a su Cuartel, los agentes les dieron unas ráfagas con los faros de despedida. Curro sacó una mano para saludarlos hasta que se perdieron en la noche.

─¡¡¡Viva Curro!!! ─gritaron sus amigos palmoteándole en las espaldas y en el cogote.

─La primera ronda en La Caleta la pago yo, y mañana tempranito recogemos la carga. Espero que sepáis dónde la habéis escondido ¿No? ¿Carajotes? ─dijo Curro ─. Dentro del coche brotó un espeso silencio. Nadie se acordaba. Se lo dijeron cabizbajos después de beber la cuarta ronda.

─Bueno, no pasa nada, mañana me llevo a Duny y me encuentra el cargamento ¡pandilla de inútiles!

Duny, nada más bajarse del coche de su amo aparcado junto a la cuneta, corrió en círculos olisqueando por el campo hasta que se sentó junto a la cepa de un arbusto. Curro le acarició la cabeza y le dio una golosina.

─ ¡Vales un tesoro Duny! ¡Tú sí que eres grande!


Ruinas romanas de Bolonia (Cádiz)


Un sol africano surgía por el Este de las colinas de Bolonia, con todo su poder y esplendor, para iluminar y calentar una tierra bañada por los Mares del Sur, los que separan la desesperación entre Europa y África… Como venía haciéndolo desde hacía más de dos mil años, cuando iluminaba y calentaba las tierras de Roma y las tierras de Cartago, separadas por las legendarias Columnas de Heracles.

 

Marcuan©1 de Julio de 2024.

martes, 4 de junio de 2024

HISTORIAS EN ARENAS ARDIENTES II: BAJARSE AL MORO

Todas las vidas son películas que el viento se llevará inexorablemente. Divirtámonos escribiéndolas y leyéndolas antes de que se conviertan en humo...



Las existencias de hachís del chiringuito se habían agotado.

Durante los Carnavales hizo muy buen tiempo y España iba bien, como proclamaba a los cuatro vientos, henchido como un pez globo, el Presidente del Gobierno  de España desde la tribuna del Congreso de los Diputados…

─ Mañana a las cinco de la mañana nos bajamos al moro ─dijo Curro a los allí presentes.

Manolo, Juan, Chano y Antonio asintieron con rostros serios. Había mucho dinero en juego… y también mucho riesgo: el riesgo de perder la vida o la libertad.

Refrescaba cuando el grupo se juntó de madrugada alrededor de la mesa del bareto La Caleta, para tomar café con leche con churros y unos molletes de jamón. El viento de poniente, húmedo y fresco, calaba hasta los huesos de aquellos hombres taciturnos, golpeados por la vida como las desterradas huestes del Cid Campeador: polvo, sudor y hierro* les esperaban por el camino de sus vidas… pero no había otra o no la habían encontrado.

Cogieron el Ferry a Tánger temprano.

Curro entregó a Mohamed una caja repleta de joyas.

Después de pasarlas por la piedra de toque una a una, y comprobar con el ácido nítrico que era oro de 18 kilates, el moro le entregó una bolsa de pasta de hachís, que éste comprobó y pesó en su báscula, asintiendo conforme.

─ Tú, Antonio ─señaló Curro ─. Es tu primera vez y no la cagues. Controla tus nervios y haz lo que hagamos los demás. Si te sientes mal me lo dices de inmediato. No hables con nadie. ¿Entendido? Toma, este “mojón” es para ti: te cabe de sobra porque estás gordo. Ahí tienes el tubo de vaselina para untárselo al preservativo. Métetelo despacito por el culo y no hagas movimientos bruscos al andar, que tú eres cojo. Jájaja.

Cuando todos salieron de las letrinas Curro miró el rostro pálido y sudoroso de Antonio.

─No puedo aguantarlo Paco, me estoy mareando, voy a vomitar ─se quejó Antonio en un susurro.

─ Claro que puedes, so cabrón. Piensa en el dinero que necesitan tu mujer y tus hijos. Bebe un sorbo de agua. ¡Mírame: Por tus muertos Antonio, todo irá bien, cojones!

Cuando cruzaron la frontera marroquí, Curro entregó los pasaportes a su viejo conocido Mustafá.


¿Cómo estás habibi**? ─le preguntó el jefe de Aduanas a Curro, mientras retiraba los dólares que había en la primera página de cada pasaporte ─. Buen viaje habibi y vuelve pronto Paquito “Chocolatero” ─dijo riéndose  a carcajadas, mientras les estampaba el sello con un fuerte golpe.

Cuando llegaron al puerto de Algeciras, bajaron del transbordador sin ningún problema y se fueron andando hasta el Bar Rosita.

─ ¡Venga tíos, a cagar el oro del moro y al coche! ─les gritó Curro eufórico.

Habían recorrido 20 km por la Autovía de la Costa de la Luz camino de Cádiz, oyendo y cantando canciones carnavaleras, cuando el Citroën C3 Aircross empezó a sufrir estertores…

─¡Me cagüen tos mis muertos! ¡Se me olvidó echar gasolina! ─gritó Curro dando un manotazo al volante y apartándose hacia el arcén. ─Me voy a ir andando hasta la gasolinera. Está a 15 km. Tranquilos hasta que vuelva… ¡Joder, que viene un coche de la Guardia Civil! ¡Esconded todos los “mojones”*** en la cuneta! ¡¡¡Rápido!!!

 (Continuará)

Marcuan © 4 de Junio 2024.

* Castilla. Poema de Manuel Machado.

** Habibi: Palabra de origen árabe que se traduce literalmente como "mi amor" o "mi querido".

***"Mojones": Pasta de hachís empaquetada en un preservativo que se introduce por el recto, para su traslado furtivo.

viernes, 31 de mayo de 2024

HISTORIAS EN ARENAS ARDIENTES - I: ORO PURO

 ¿Quién se acuerda de Alí Babá y los cuarenta ladrones?  La realidad y los cuentos a veces se entrelazan con el paso de los años...




La grúa, con una pluma de más de treinta metros,  bajó su gigantesco gancho hasta las tripas más profundas del barco carguero, elevando por los aires una caja de madera de tres mil kilos.

La depositó en una esquina del muelle y volvió a las entrañas de la nave. Cuando apiló la última de cinco, sonó la sirena de manera lúgubre y el corazón del puerto sufrió una parada cardiaca.

Los estibadores, con músculos tan relucientes y sudorosos  como los de sus antepasados gladiadores, se agruparon en las puertas portuarias para volver a sus casas, donde mujeres exuberantes, hijas de las esclavas gaditanas famosas por su belleza y gracia en  todo el Imperio Romano, les esperaban recién bañadas  con ropas trasparentes y olor a rosas, mientras en los fogones de las candelas encendidas borboteaban grandes cazuelas de “puchero”* y “menudo”** , en una explosión de olores excitantes.

Cuando el sol se fugaba para iluminar las Indias que antaño fueron españolas, lanzando un chorro de oro viejo sobre las cúpulas de la catedral de Cádiz,  Curro abrió la puerta de su hogar.

─ Toma Carmen, hoy he ganado mil quinientas pesetas. Ha sido un día duro, pero mereció la pena ─dijo Manuel.

─ Ven cariño, disfruta de tu merecida recompensa ─contestó la mujer, inclinándose complaciente hasta su entrepierna.

Todos los días, durante diez años, los obreros y estibadores se sentaban a comer el bocadillo de media mañana encima de aquellas cajas de madera maciza ya cuarteadas, varadas y olvidadas en aquella zona apartada: "Tornillería vieja" se podía leer aún en sus costados. 

─ Buenos días. Soy el nuevo inspector de la Aduana y vengo a comprobar el contenido de estas cajas abandonadas y sin orden de carga. Paco abra una, por favor. Tenga cuidado.

El trabajador cogió el martillo pilón, que su amigo Manuel le tenía preparado, se puso unas gafas protectoras y golpeó con una fuerza hercúlea aquella vieja madera, rompiéndola en mil astillas.

Con el tercer golpe sonó un fuerte chasquido metálico, que se tragó un silencio tan denso que se podía cortar con una navaja de bandolero de Sierra Morena…

─ ¡¡¡Dios mío!!! ─gritó el jefe aduanero llevándose las manos a la cabeza. ─ ¡¡¡Si son lingotes de oro puro!!!



La Guardia Civil acordonó la zona hasta la llegada en helicóptero militar de la  ministra de Hacienda.

─ Señores, mi felicitación en nombre del Presidente del Gobierno ─dijo la mayor recaudadora del Estado ─pero por favor, manténgalo en el mayor de los secretos.

A la mañana siguiente  Curro y Manuel, al final de la jornada de trabajo, chocaron sus jarras de cerveza en el bar del puerto.

─ ¡Maldita sea nuestra suerte Manolo! ─dijo Curro limpiándose con el dorso de la mano la boca, chasqueando la lengua después de dar un largo trago a la jarra. ─ ¡Qué carajotes hemos sido! Tanto tiempo con el culo sentado encima de la cueva de Alí Babá *** y a nadie se le ocurrió decir: ¡Ábrete Sésamo!

─Paco, era el Oro del Rey**** ─contestó Manolo riendo mientras recordaba alguna de sus lecturas ─Nos hubieran condenado a remar en las galeras ¡Salud y República, amigo!

Curro y Manolo volvían borrachos a sus casas, mientras un halo dorado del ocaso del sol gaditano bañaba la fachada de la Delegación del Gobierno, en cuyos sótanos relucían, a la luz mortecina de las bombillas, quince toneladas de oro puro…

 

Marcuan ©31 Mayo 2024.

*Puchero gaditano: Sus ingredientes son garbanzos, carne de ternera, huesos de jamón, blanco y de espinazo, costilla y tocino añejo de cerdo, muslo de pavo, patatas, puerro, zanahorias y apio.

**Menudo gaditano: Callos, pata y morro de ternera, chorizo fresco, morcilla, punta de jamón, cebolla, laurel, garbanzos, diente de ajo, salsa de tomate, pasta de pimiento choricero, pimentón dulce y picante son sus ingredientes.

***Alí Babá. Cuento de aventuras perteneciente a "Las mil y una noches".

****El oro del Rey. Novela de Arturo Pérez-Reverte. Cuarta entrega de "Las aventuras del capitán Alatriste".

lunes, 15 de abril de 2024

ROBOT LEONARDO DA VINCI

Todo acaba, hasta las historias de ficción. 

Espero seguir divirtiéndoos o informándoos con mis relatos... a cambio del tesoro de vuestra atención. 

Hasta pronto, amigos lectores.






Pedro entró por su propio pie en el quirófano, risueño, sin importarle llevar la bata abierta con medio culo al aire. Le impresionó tanto como si entrara en el interior de una fantástica nave interestelar: luces y paredes de un blanco radiante, cegadoras, hombres y mujeres con el rostro tapado y con ojos de microscopio, uniformados con trajes de buzo de un azul marino impoluto y, allá al fondo, el imponente robot Leonardo da Vinci con sus formidables patas de araña inmóviles… como si estuviera esperando a su presa.


─ ¡Buenos días Pedro! Soy su anestesista, ya nos conocemos y sé que le encantan The Beatles, así que mi hija me ha preparado todo su repertorio. Elija usted qué canción quiere que le ponga para dormirle ─dijo el doctor Ángel con una sonrisa bonachona.

“Revolution 9”,  la respuesta de John Lennon a cómo hacer revoluciones sin violencia, pacíficamente. Si usted la oye con atención al revés, podrá escuchar la frase oculta: “turn me on, dead man” ─respondió Pedro con una sonrisa triste.

─ ¿“Enciéndeme, hombre muerto”? ─contestó el galeno sorprendido. ─No me lo puedo creer.

─ Pregúnteselo a su hija.

─Bueno, súbase al quirófano Pedro, relájese, piense en algo bonito de su vida, como aquel Mayo del 68, en el que usted era un esbelto joven de dieciocho años, lleno de vitalidad y de futuro.

Cuando a Pedro le pusieron la mascarilla y empezó a aspirar profundamente,  las voces de Jhon Lennon y Yoko Ono envolvieron su mente como una espesa niebla inglesa de puré de guisantes…

El cirujano conectó el robot Leonardo da Vinci y de pronto las luces del quirófano estallaron como petardos de Nochevieja. Las alarmas ulularon despidiendo luces rojas y azules estroboscópicas,  girando como la bola de cristal del techo de una discoteca.

─ ¡¡¡Incendio en la sala de operaciones cinco!!! ¡¡¡Atención!! ¡¡¡Equipo de emergencias acudan de inmediato!!!








Una semana después, los hijos de Pedro entraron al despacho del director de la clínica urológica,  acompañados por su abogado.

─ Siento mucho el accidente sufrido. Era casi imposible que se produjera un cortocircuito en las agujas del robot, que estaban operando en ese momento al paciente... abrasando sus vísceras de manera irreversible. Todo el equipo lo sentimos de verdad, Pedro era para nosotros una persona muy querida por su simpatía y amabilidad…

─ Me llamo Eulogio Estaire, representante legal de los herederos, doctor, y no es necesario que se disculpe, porque vengo a comunicarle que no iniciaremos ninguna demanda civil ni penal, por el fallecimiento de Don Pedro Sánchez Beitiarralangoitia en el quirófano. Muchas gracias por su atención. Firme este documento fehaciente de notificación, por favor,  y habremos concluido la visita.

─ Un momento Eulogio ─dijo Nuño, hijo mayor de Pedro. ─Antes quiero entregarle al cirujano jefe algo importante, que nuestro padre dejó por escrito, por si no salía con vida de la operación.

Isabel, la hija de Pedro, sacó de su bolso una carta notarial lacrada que entregó al doctor. Ambos estrecharon la mano del urólogo y se despidieron.

El médico llamó por el interfono a todo el personal del quirófano número 5 para una reunión urgente en la Sala de Juntas del hospital. Cuando todos llegaron les mandó sentar, abrió el sobre, sacó la carta manuscrita y empezó a leerla en voz alta.


“Si ustedes están oyendo leer esta carta, será señal de que ya no estaré en este mundo… ni en ningún otro: soy agnóstico. Sé que todas las religiones prometen la vida eterna, de una u otra forma, para poder subsistir. No las creo. Pero sí creo que nací para amar y ser amado… ¡Y lo he conseguido! Cumplí con el mandato evolutivo de transmitir mi ácido desoxirribonucleico a mis descendientes. 

Y me voy ligero de equipaje, como dijo el poeta*.

También espero seguir vivo en su recuerdo y en el de ustedes, extraordinarios hombres y mujeres de ciencia, dedicados a dar vida y consuelo. Muchas gracias por su impagable trabajo humanitario.

He dado orden a mi abogado para que no inicie acción legal alguna contra ustedes ni contra su hospital, en caso de accidente o mala praxis en mi operación, porque jamás quisieron mi mal por acción u omisión. Nadie es perfecto.

También donaré a su institución un nuevo robot Leonardo da Vinci, ya que, previamente a la intervención, suscribí un importante y sustancioso seguro de vida.

Nos encontraremos en la Eternidad.

 

Pedro Sánchez Beitiarralangoitia.

 

 Un gran hombre y además augur… escuché Revolution 9  al revés y tenía razón ─dijo Ángel el anestesista cariacontecido.

─ ¿Y qué es lo que dice? ─preguntó el cirujano jefe sorprendido.

Turn me on, dead man; mi hija lo comprobó: “Enciéndeme, hombre muerto”… Juan Ignacio... ¡manda desguazar el robot Da Vinci de la unidad 5 y sustitúyelo por el de Pedro! porque yo a ese homicida no lo volveré a encender jamás en mi vida.

 

Marcuan© 15 de Abril de 2024.

 

 

*Ver relato “En mi septuagésimo…” en marcuan.blogspot.com


P.D.- El robot cirujano Leonardo da Vinci se sentará en el banquillo, acusado por la muerte culposa por neglicencia imprudente de Sandra Sultzer, fallecida como consecuencia de una fallida operación de cáncer de colon con el robot quirúrgico, que quemó y desgarró su intestino delgado, en 2022.

La empresa Intuitive Surgical, creadora de la primera versión del dispositivo médico sabía que el robot tenía problemas de aislamiento que podían provocar fugas de electricidad, capaces de quemar órganos internos, sin advertir de estos riesgos al público.

La empresa Intuitive Surgical ha sido objeto de, al menos, 93 demandas más por la responsabilidad de su producto en los últimos años...

 

lunes, 18 de marzo de 2024

CAROLUS REX III DE ALBIÓN

Continúa la aventura vital de nuestro personaje de ficción. Con el deseo de que os arranque una sonrisa caritativa, al menos.




Todas las televisiones estaban dando una noticia mundial: “Carlos, Rey de Inglaterra, padece cáncer, descubierto después de una operación benigna de próstata”

─ ¡Atiza, macho! Con lo que te ha costado esperar para ponerte varios kilos de diamantes en tu testuz ─dijo Pedro al verlo. ─ ¡Bienvenido al club, majestad, jajaja!

Apagó la televisión mientras una sonrisa amarga cruzó por su cara. Era su primer día de revisión después de pasar por un duro proceso: Detección de los adenocarcinomas mediante tracto prostático, resonancia magnética, biopsia de fusión y criocirugía focal…

─ Carlitos Rex: “Cada perro se lame su pijo” como dice el refranero castellano.  Toca preocuparnos ahora cada uno del nuestro, seas rex o chusma...

Subió al tren de cercanías para ir a la clínica urológica de  Madrid, se sentó junto a la ventanilla del tren y pensó en lo que había hecho en su vida ¿Quién habría sospechado que iba a salir tan bien? Pedro había leído mucho y muy variado, y recordó una arcaica sentencia zen:

“Siéntate en silencio y espera. Deja que las cosas ocurran por sí mismas y sé consciente de cuándo actuar y cuándo dejarlo estar”

─ Sentado y en silencio ya voy; y dentro de poco seré consciente de lo que debo hacer o no hacer ─ se dijo a sí mismo en un suave murmullo que hacía inaudible el traqueteo del vagón.

Ya en el metro sólo deseaba salir de esa ratonera cuanto antes, e indemne. Su hijo mayor,  usuario diario de ese transporte, le había advertido: “ Pedro, ya no es como en tus tiempos, ni se te ocurra mirar fijamente a nadie y menos aún a chicas ligeras de ropa. Vas por una línea peligrosa, ponte estos auriculares aunque no estén conectados y mira los anuncios de la pared con cara de bobo”.

─ Buenos días Paula, tengo consulta con el cirujano a las once, pero acostumbro a llegar un poco antes. Voy a seguir leyendo mientras espero. Como me quedo absorto cuando leo… ¿serías tan amable de avisarme cuando llegue mi turno?

 ─ Buenos días ¡Claro que sí Pedro! ¿Y qué es lo que estás leyendo que te absorbe tanto, si puede saberse? ─ contestó la recepcionista regalándole la mejor de sus sonrisas.

La mujer desnuda: un estudio del cuerpo femenino, de Desmond Morris.

Cuando Pedro acabó de decirlo en voz alta, en la sala de espera de la clínica de urología, en pleno barrio de Salamanca de Madrid, llena de ancianos conservadores acompañados por sus mujeres; un silencio sepulcral estalló como una granada de mano. Hasta se podía oír.

Pedro sintió la misma sensación que tendría un judeoconverso ante la mirada de Torquemada, el Inquisidor: terror.

─ Bueno no es lo que te piensas, es un estudio antropológico de… la mujer… ─Balbució.

─ ¡Don Gallardo Jacobo Álvarez de los Castillos y señora, acompáñenme por favor! ─anunció Paula.

La comitiva pasó a su lado como si Pedro fuera una estatua de humo.

Pedro pensó otra vez en zen, se sentó y esperó, y lo dejó estar.

Los antropólogos defienden la tesis de que a la evolución le importa poco un individuo una vez éste se haya reproducido, es decir: cuando ya ha transmitido el tesoro de su ADN a otro ser humano de la misma especie, se convierte en prescindible.

─ Me lo tienes que prestar ─ le susurró Paula bajito al volver de la consulta.

─ Cuenta con ello, pero quizás te interese más El hombre desnudo, del mismo autor, donde expone que sólo hay tres formas de penes en los Homo Sapiens machos…




Dos matrimonios se levantaron y se alejaron de Pedro al otro extremo de la sala de espera, serios y con la mandíbula inferior altiva, mientras Paula hacía grandes esfuerzos para no soltar una carcajada.

Cuando le tocó su turno y abrió la puerta de la consulta Pedro se asustó. Primero, porque un hombre de casi dos metros con bata blanca y con una cabeza en forma de pera, siempre impresiona y después por pura intuición, al ver su mirada.

 ─ ¿Por qué noticia empiezo Pedro ─preguntó el médico ─ por la buena o por la mala?

─ Por donde quiera, pero dígamelas rápido, doctor.

─ Tenemos que volver a operar Pedro, tu cáncer se ha recidivado. Lo superarás, aunque quedarás impotente e incontinente y tendrás que usar pañales.

─ ¿Sabe usted si en los conventos de los frailes cartujos hay farmacia? Bueno, se podrán pedir por Internet supongo, los pañales, digo, porque voy a reservar una celda en el de Xeréz de la Frontera…

El urólogo se echó a reír.

─ No es para tanto, hombre, las ciencias avanzan que es una barbaridad, como cantaban nuestro abuelos en las zarzuelas. Te vamos a aplicar las mismas técnicas que al Rey de Inglaterra: os operará Da Vinci.

─ ¿Un descendiente del genio renacentista?

─ No, es un robot de última generación que vale millones y aquí disponemos de uno. Hable con Paula para las pruebas del preoperatorio. Hasta pronto. Cuídese.

Pedro salió cabizbajo y se acercó a la mesa de recepción.

─ Toma Paula, te regalo el libro, se me han quitado las ganas de leer sobre los penes de los Sapiens y de la madre que los parió.

 

MARCUAN. 18/3/2024. Copyright

(CONTINUARÁ)