sábado, 15 de noviembre de 2025

LA BOTA DE HIELO: CUENTO DE NAVIDAD.

 Sigo cumpliendo su consejo para que, esté donde esté,  siga ayudándome hasta el final de mis días.

Si terminas de leer este Cuento de Navidad... lo comprenderás.

Os deseo unas Felices Fiestas Navideñas, queridos lectores.


Órgano de la Epístola de la Catedral de Segovia


Hacía frío. No un frío cualquiera, sino un frío de Burgos, tan genuino como sus morcillas.

Sus padres, allá por los principios del nefasto siglo XIX, no la tenían como su hija favorita. Conchita era de pelo y ojos oscuros, aunque su piel era clara, suave y tersa como badana de tambor. A la hija favorita, de ojos azules y bucles rubios, no la abandonaron en el pueblo de Rojas, cercano a las sierras de la Bureba*, donde muchos años más tarde Félix Rodríguez de la Fuente aprendió a domesticar halcones para los nuevos Reyes de Oriente.

La Bureba
─ Abuela, ¿Por este pueblo pasan los Reyes Magos? ─. Preguntó la niña de seis años el día 5 de Enero.

─Anda, anda… ¡eso son tonterías! ─respondió la anciana castellana vieja, de cara curtida por mil soles ardientes y mil años de hielos polares.

La pequeña Conchita se quedó rumiando la respuesta. Tenía hambre y sabía dónde estaban colgadas las longanizas. También tenía agudizado el ingenio. Se fue a por la vara, que empleaba su abuelo, para zaherir a la yunta de bueyes con el pincho clavado en la punta.

─ ¡Rediós! ─gritaba desesperado el señor Alonso ─ ¡Estos gandules no andan cuando los azuzo!

Conchita había golpeado el clavo contra el suelo, inutilizando el aguijón, porque le daban pena aquellos cabestros. La niña tenía escondido un cabo de vela delgado que enroscaba al largo palo de su abuelo, lo encendía y con habilidad felina, quemaba la cuerda que sostenía la longaniza más gorda y hermosa de las colgadas en los techos de madera del sobrado. Cuando quitaba su hambre, el resto lo guardaba en un lugar refrigerado y protegido de gatos y roedores.

─ Haces bien, hija mía, no te preocupes por eso, no es un pecado, pero hazlo con moderación, sin que se note mucho la merma ─. Le decía el cura don Efrén al confesarse de pecar contra el cuarto mandamiento ─y mañana, antes de cantar en la boda de tu prima, coge fuerzas para que te salga bien el Ave María. Reza tres padrenuestros y ve en paz Conchita: Ego te absolvo a pecattis tuis. Amén Jesús.**

La Madre Natura es caprichosa y con aquella niña había sido también justa: la dotó de una maravillosa voz blanca de querubín.

Cuando su padre, Practicante sanitario, la llevó a una revisión de garganta, el otorrinolaringólogo la citó para la mañana siguiente, con objeto de poder avisar a todos sus colegas de la ciudad: “Observen estas cuerdas vocales, no volverán a ver otras tan perfectas en su vida profesional”.

Ortega y Gasset*** nos dejó dicho: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. El ser humano no es un ente aislado, sino que existe en un contexto específico que le influye y moldea. Y aquel “Patito Feo”****, moldeó una voz que abducía a los fieles católicos de la catedral de Segovia, cuando cantaba el Ave María de Franz Schubert, escoltada por el trompeteo celestial de su órgano barroco de la Epístola*****,  para mayor gloria de Dios.

─ Si da usted su consentimiento don Julio, nos llevamos a su hija al Coro del Ejército Rojo de Moscú. Cantó por teléfono al director del Coro y nos la reclama ─solicitó el maestro republicano a su progenitor.

─No, su madre necesita ayuda en casa. ─Zanjó.

Como La Cenicienta…******

La Cenicienta
─Abuela, esta noche  vienen los Reyes Magos de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar ─dijo Conchita con ojos chispeantes de ilusión e inocencia infantil ─. Voy a dejar mi bota en la ventana…

─Ja, ja, ja, ja… ─rio la abuela ─eso son tonterías.

A la mañana siguiente, mientras oía las campanadas de la iglesia que avisaban para asistir a la misa solemne en recuerdo de la Epifanía del Niño Jesús, aquella niña se asomó a su ventana para convertirse, de golpe, en lo que fue el resto de su vida: una gladiadora.


─Ja, ja, ja, ja… ─ rio su abuela detrás suya ─. Ya te dije yo que esas cosas son unas tonterías…

Su bota estaba vacía y congelada como un témpano por el viento polar del Norte: el frío viento de Burgos que, como sus morcillas, es único en España.


Al salir de la iglesia, después de emocionar a todo el pueblo con su dulcísimo canto, se le acercó el pastor de ovejas churras y merinas y le entregó una muñeca de madera, toscamente tallada.

 ─ Conchita, que Dios te bendiga pequeña, me has hecho llorar por lo bien que cantas. Toma: Esta muñeca me la dieron  para ti los Reyes Magos en el Portal de Belén.

Aquella niña, después de sobrevivir a la guerra civil más cruel que conoció este país, se convirtió en un hermoso cisne: se convirtió en mi madre.

Un día, con el primer recuerdo que tengo de los juguetes de los Reyes Magos, me dijo al oído,  abrazándome cariñosamente entre sus brazos:

─Esfuérzate en todo cuanto hagas, hazlo con entusiasmo y alegría, y nunca pierdas la esperanza de mejorar hasta el final de tu vida. Si lo cumples, yo te ayudaré siempre, hijo mío.

 

MARCUAN© Navidad 2025.

 

 

*Ver Caballo de Fierro: marcuan.blogspot.com

**Latín: Yo te absuelvo de tus pecados. Así sea.

***Ortega y Gasset: filósofo (raciovitalismo) y ensayista español más influyente del Siglo XX.

****“El Patito Feo” es un cuento clásico de Hans Christian Andersen.

El patito feo

*****Catedral de Segovia: Órgano de la Epístola, construido por Pedro Liborna Echevarría en 1702. Dispone de 2.657 tubos de registro.

******“La Cenicienta”: Aunque existen versiones muy antiguas, como una de origen chino del Siglo IX y la del italiano Giambattista Basile (La Cenerentola) las versiones de Charles Perrault y de los hermanos Grimm son las más difundidas en la cultura occidental.