lunes, 24 de octubre de 2011

ARREPENTIMIENTO



Heracles, enloquecido por los celos, asesinó a los hijos de su amada Hera.

¡Cuántas veces nos hemos echado las manos a la cabeza, arrepintiéndonos de lo que acabamos de hacer! También a Heracles, nuestro semidios, le entró un atroz sentimiento de culpa.    Y se fue a hacérselo mirar por el oráculo de  Delfos, una especie de psiquiatra de la época. 


Tumbado en una cama de piedra, Heracles confiesa sus crímenes. El oráculo, para que expiara los infanticidios cometidos, le manda como penitencia obecer las órdenes de su primo Euristeo, favorito de Hera.


Hera deseaba que Heracles no fuera rey de Tebas bajo ningún concepto, como le correspondía por su matrimonio, sino Euristeo. Algo parecido a lo que le ocurre en la actualidad al príncipe Carlos de la Gran Bretaña. ¿No?

Euristeo se frotó las manos y pensó: "Te vas a enterar primo" y ordenó a Heracles que realizara unos trabajillos de nada. 

Los famosos Trabajos de Heracles.

Fueron éstos: 

1.- Matar con las manos al león de Nemea. No había escopetas en esa época. 


2.- Destruir a la hidra de Lerna. Se pone la carne de gallina de sólo pensarlo. 


3.- Capturar al jabalí del monte Erimanto. Fácil para Obelix.


4.- Apresar la cierva de cuernos de oro del monte Cerinia. A esa nos habíamos apuntado todos.


5.- Exterminar a las aves del lago Estínfalo. Argumento que le sirvió a Hitchcock para hacer una película de miedo.


6.- Limpiar en un solo día los establos de Augías. Método muy útil para los hombres en la cocina. 


7.- Coger vivo al toro de Creta, que echaba fuego por las narices. Temible, como el toro de fuego de las fiestas iberas. 


8.- Apoderarse de las cuatro yeguas del rey de Tracia, devoradoras de hombres. ¡Bien hecho, tío!. 


9.- Conseguir el cinturón de Hipólita, reina de las Amazonas. ¡Qué peligro, unas tías que usaban al varón para quedarse embarazadas y luego lo degollaban sin contemplaciones!.


10.- Apoderarse de los bueyes de Gerión. Ahí volveremos, porque estaban por Cádiz.


11.- Robar al Can Cérbero, guardador de las puertas del infierno. El perrito de tres cabezas, se las traía.


12.- Llevarse las manzanas de oro del jardín de las Hespérides. Ya está bien ¿no?


Pues no acabaron aquí las pruebas de nuestro héroe...


Si sentís curiosidad en saber cómo las resolvió, buscadlas en la Mitología Griega.


Os gustará.

Seguro.



Marcuan.

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